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jueves, 2 de septiembre de 2010

El bullying me hizo suspender 2 de la ESO

En segundo de la ESO nos cambiaron de instituto a otro con más niños de otros pueblos. Estábamos en el salón de actos cuando sin ningún sentido los niños que se encontraban a mi espalda empezaron a tocarme el pelo, la espalda… Yo sabía que eso sería uno de varios abusos y tonterías que empezarían contra mí. Y así fue, siempre que me encontraban me molestaban y me dejaban atemorizado.

No llegaban nunca a pegarme, ni siquiera me hicieron daño, nunca. Pero todo lo que hacían, por poco que fuese hacía que tuviera un terror psicológico que me hizo estar deprimido durante meses. Me sentía triste y abandonado, solo tenía ganas de llegar a casa y encerrarme en mi habitación. Muchas noches lloraba y si intentaba coger un libro para estudiar era completamente incapaz, no podía.

Y no solo fueron esos niños, alguna otra gentuza me molestaba y hacía que para mí las clases fueran un infierno. No me pegaban, pero solo hacía falta que me amenazaran sin ningún sentido para que empezara el terror psicológico, me saltaba algunas veces un cuarto de hora de clase porque solo entrar venía el típico macarra, me arrinconaba contra la pared y me molestaba y me humillaba. Yo me iba al baño y lloraba hasta que se me pasaba y volvía a clase.

Mis padres me veían triste y lo vieron muy claro cuando en una boda, estaba con mis primos y por un momento, desde hacía dos meses estaba contento y jugando con mis primos, al poco me alejé, me senté en una sala dónde no había nadie, era la sala de un restaurante pero vacía y una decoración increíblemente bonita.

Me quedé sentado en una silla, triste, de vez en cuando lloraba y así estuve algo más de 2 horas. Cuando mi madre me encontró se preocupo y fue a hablar con los profesores. Pese a que siguieron vigilándome recuerdo como algún que otro profesor seguía tratándome mal o no le prestaban toda la atención que merecía ese caso.

Y así fue cómo aprobé segundo de la ESO, pero mi tutor recomendó a mi madre que repitiera para ir mejor. La decisión más absurda que había tomado alguien pero la acepté para ver si cambiando de compañeros dejaba de sufrir bullying.

Cuan equivocado estaba… Al año siguiente llegué a tener tanto pánico que cuando veía Malcon por la tele y los niños de mi clase imitaban un juego que si mirabas te pegaban, llegué a odiar a muerte esa serie. Odiaba los lunes y lloraba por no ir al instituto.

Cuando llegábamos a clase hacían un pasillo y a veces te tiraban en medio y todo el mundo empezaba a empujarte, darte patadas… Rezaba cada día para que no me tiraran a mí en medio. Empecé a desarrollar estrategias contra el bullying y pese a mi gran timidez fui consiguiéndolo. Imitaba a niños que cuando les molestaban reaccionaban de un modo que hacían que nadie más les molestara… Y después de una larga lucha de más de 1 año y medio conseguí que me dejaran en paz.

Cuando llegué a primero de bachillerato era alguien muy respetado y con el que nadie se metía. Incluso uno de los niños que a veces me había pegado en 2 de la ESO era mi mejor amigo en aquél entonces, y me respetaba cómo el que más.

Será porque me hice respetar o porque los niños crecieron. La verdad es qué no lo sé.

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